Diez horas y media de vuelo.
Después de unos días estresantes volvemos a la carga. Tal y como comenté, en un grupo de parchís de Facebook conocí al hombre más maravilloso del mundo. Una persona amable, divertida, segura ante los contratiempos y determinada en los problemas, que un 24 de julio del 2020 decidió decirme descaradamente que lo podía besar donde quisiera o comérmelo entero mejor. El problema que yo creía que tendríamos: la diferencia de edad. El verdadero problema al que nos enfrentamos: 10 horas y media de vuelo, 7 de diferencia horaria y un visado casi imposible de conseguir para que él pudiera venir y es que el hecho de que él naciera en Quito (Ecuador) y yo en Córdoba (España) parece que no hace lo suficientemente reales nuestros sentimientos ante muchas personas, incluidas las autoridades de mi país, lamentablemente.